Durante el confinamiento aumentaron las ventas de vino, cerveza y, en general, de bebidas alcohólicas notablemente, algo que toda la sociedad aceptamos como “lógico” cuando la noticia apareció en todos los informativos y periódicos españoles. Por un lado, quienes se tomaban la caña de cerveza en el bar de la esquina con los amigos habían dejado de hacerlo, o quien se tomaba una copa de vino los sábados por la noche cenando con su pareja, y por otro lado, pasar tanto tiempo encerrado en casa aumenta el consumo de bebidas espirituosas, según expertos.