El trastorno de déficit de atención o TDAH es muy conocido sobre todo en niños, aunque por desgracia está presente en muchos adultos ¡incluso muchos de nosotros podríamos padecerlo sin saberlo!
Es difícil determinar por nosotros mismos si sufrimos TDAH o no con todos los trastornos que existen hoy en día en la sociedad adulta del mundo; ansiedad, estrés, trastornos obsesivos compulsivos (TOC), dislexia, etc. Pero ¿Qué nos pasa? Quizá la respuesta sea mucho más sencilla de la que imaginamos: en la actualidad se tienen mucho más en cuenta estos trastornos que cuando la mayoría de nosotros éramos pequeños (y cuanto más miramos al pasado ¡peor!). El problema viene cuando nos damos cuenta de que ya hemos crecido desarrollando este trastorno y ahora nos encontramos en nuestra vida adulta sin saber qué hacer.
Para empezar, lo primero que debemos tener en cuenta es que este tipo de trastornos no se diagnostica así porque sí. Es cierto que existen una serie de síntomas y señales que podemos identificar con tener TDAH, pero ante todo no debemos auto diagnosticarnos ya que esto puede ser peor. En la mayoría de casos de autodiagnóstico las personas empiezan a cambiar su forma de ver la vida, exigen que los demás les traten de ciertas maneras y en general, se auto etiquetan con algo que podría no ser real.
Para eso están los psicólogos y terapeutas: para ayudarnos a distinguir lo que nos pasa. A continuación, vamos a entender cuáles son los síntomas más comunes y como se trata el TDAH en adultos.
¡Empezamos!
Si sospechas que algo de esto resuena contigo, quizá deberías consultar a un profesional.
Como hemos mencionado, existen una serie de síntomas y señales que pueden ayudarnos a identificar que sufrimos un trastorno de déficit de atención. Aunque los síntomas pueden manifestarse de manera diferente en adultos en comparación con los niños, aquí hay algunas señales comunes de TDAH en adultos:
- Les cuesta mantener la atención.
Los adultos con TDAH pueden presentar una mayor dificultad que los demás para concentrarse en tareas largas, seguir conversaciones o completar proyectos sin distraerse fácilmente.
- Son muy impulsivos.
Aquel que padece TDAH suele actuar sin pensar en las consecuencias, además de interrumpir a otros durante las conversaciones o tomar decisiones impulsivas sin considerar todas las opciones (y consecuencias).
- Muestran inquietud y suelen ser hiperactivos.
Aunque la hiperactividad puede manifestarse de manera diferente en adultos en comparación con los niños, los adultos con TDAH suelen sentirse inquietos y nerviosos. Esto se traduce como que les cuesta muchísimo relajarse y no saben estarse quietos.
- Tienen muchos problemas a la hora de organizarse.
El TDAH implica dificultades para mantener el orden y la organización en cualquiera de sus entornos; los adultos que la sufren pierden objetos con frecuencia, tienen problemas para organizar su tiempo y por lo general no suelen cumplir con plazos o compromisos.
- Les cuesta mucho mantener una buena relación con los demás.
La falta de atención o la poca capacidad para cumplir un compromiso puede afectar a amistades y relaciones amorosas, por lo que muchos adultos prefieren adoptar una filosofía que los lleve a aislarse y no relacionarse con el fin de evitar estos problemas.
- Tienen muy baja autoestima.
Debido a todo lo que hemos mencionado, estas personas sufren frustración, incompetencia o baja autoestima ya que les cuesta mucho enfrentarse a situaciones que para otras son más rutinarias, como atender en una conversación, prestar atención en clase o mantener un ritmo de trabajo normal.
¿Cómo se trata este trastorno en adultos?
Afortunadamente el TDAH tiene muchas maneras de tratarse, y todas implican la intervención de un profesional de la salud mental, como bien defienden los especialistas de la clínica clinicanea.es.
Entre todas las terapias y tratamientos que existen, distinguimos las siguientes:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC).
La terapia cognitivo-conductual es muy útil para tratar el TDAH en adultos. Ésta consiste en educar a quien la sufre acerca de su trastorno, ayudarle a desarrollar habilidades para manejar los síntomas, identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos, ayudarle a manejar el estrés, así como también enseñarle a planificar metas concretas para desempeñar sus funciones diarias con normalidad.
- Medicación.
En muchos casos, los medicamentos estimulantes como el metilfenidato pueden ser recetados para ayudar a controlar los síntomas del TDAH en adultos. Este tipo de tratamiento puede ayudar a mejorar la concentración, reducir la hiperactividad y mejorar la capacidad de organización. Sin embargo, es importante que la medicación sea recetada y supervisada por un profesional de la salud mental ¡tenlo en cuenta!
- Apoyo laboral.
Los adultos con TDAH pueden beneficiarse del laboral que les ayude a adaptarse a sus necesidades individuales; si comunicamos a nuestro jefe o nuestra empresa que hemos sido diagnosticados con TDAH podemos obtener apoyo. Esto puede incluir adaptaciones en el lugar de trabajo como añadir tiempos de descanso extra, permitir la flexibilidad en los plazos o proporcionar herramientas de organización y recordatorios.
- Terapia de apoyo.
Participar en grupos de apoyo o terapia grupal puede significar para los adultos con TDAH un espacio seguro en el que poder compartir experiencias, aprender estrategias para combatir este trastorno y sobre todo, recibir apoyo emocional de personas que enfrentan estos desafíos también.
- Estrategias de autoayuda.
Aprender estrategias de autoayuda, como técnicas de organización, planificación y gestión del tiempo, así como el establecimiento de rutinas y hábitos saludables, puede ser realmente útil para aquellos adultos que sufran TDAH.