La odontología, como todas las ramas de la medicina, van directamente a la atención humana, por lo que es evidente que quienes la practican, tienen que tener un alto compromiso humano, lo que se traduce en una atención al paciente desde la vocación de servicio, empatía y respeto.
Esta profesión, necesita de un profesional que cumpla con una serie de características especiales para que su labor se desarrolle de una forma que beneficie al paciente. La odontología es una de las especialidades de la salud que más temor le producen al paciente, por lo que el profesional no solo debe asegurarse de que el tratamiento sea el indicado, sino también de que el paciente se sienta cómodo, seguro y tranquilo, pero para ello, el odontólogo debe ser más que una persona con el conocimiento técnico y académico.
Para profundizar en la cara humana de la odontología, contamos con la ayuda de Clínica Dental CBlanco, que cuenta con un equipo humano comprometido no solamente con la salud bucal, sino con la calidez necesaria para darle una cara más humana a la profesión del dentista.
Cualidades humanas de un buen dentista
Como mencionamos antes, los dentistas no solo deben estar altamente preparados a nivel académico y técnico para poder ejercer de forma correcta e integral, sino que deben contar con unas cualidades a nivel humano que le permitan trabajar de una forma que las visitas dejen de significar ansiedad o preocupación en el paciente, para esto, debe poseer:
- Conocimiento: Es evidente que el profesional de la odontología debe contar con la acreditación académica que le permita ejercer, sin embargo, cuando hablamos de conocimiento no nos referimos únicamente a la parte de preparación en aula, sino también a la mejor forma de tratar con los pacientes, a cubrir sus necesidades basándose en su formación, pero también en sus habilidades sociales. Además, es importante que el profesional tenga una formación académica constante, que se mantenga actualizado en nuevos procedimientos y tendencias que harán que su trabajo sea mucho mejor.
- Saber comunicarse eficaz y efectivamente: En la odontología, la comunicación es fundamental para una buena atención al paciente, si se quiere que el paciente se sienta seguro y cómodo en las citas (ya sean programadas o de urgencia) en el dentista, saber comunicarse con él, es la mejor opción. En la relación odontólogo/paciente debe primar una comunicación en la que ambos se entiendan, por lo que el profesional debe utilizar un lenguaje que se adapte al desconocimiento académico en el área del paciente, pues hablarle desde la terminología técnica propia de la odontología, no permitirá que el paciente entienda a cabalidad los procedimientos a los que debe ser sometido. Sin embargo, esto no significa ser condescendiente, significa que se debe encontrar un balance entre los tecnicismos y un lenguaje que sea sencillo de entender.
- Saber escuchar: La escucha activa es necesaria para establecer un diálogo productivo, no solo se trata de que el odontólogo sepa comunicarse efectivamente, sino de que también le permita al paciente expresarse libremente y a partir de lo que este diga, poder resolver sus dudas, temores, sugerencias y preocupaciones. La comunicación bidireccional es prioritaria en la relación odontólogo/paciente, pues la única manera de que ambos puedan entenderse, comprenderse y trabajar en la misma dirección, haciendo que los procedimientos y tratamientos sean más exitosos y menos complicados de llevar a cabo.
- Delicadeza: En este punto no nos referimos únicamente a la delicadeza a la hora de trabajar en boca que es evidente para evitar el maltrato innecesario en el espacio bucal, sino a la hora de entender que aunque se haga el mejor trabajo, los procedimientos son invasivos y por lo general, producen incomodidades en el paciente, por lo que el odontólogo debe ser delicado y empático.
- Paciencia: Esta cualidad es tan fundamental como el conocimiento académico, pues como hemos mencionado, la odontología es una especialidad médica que genera mucha angustia e incomodidad, por lo que tener paciencia es fundamental para ganarse la confianza del paciente y que este permita que se realicen los procedimientos que sean necesarios. El miedo al dentista es algo que, lamentablemente, muchísima gente sufre, y si los profesionales no tienen esta cualidad, alejan al paciente, lo que no solamente afecta su salud, sino también al trabajo directo del dentista.
- Sabe motivar y educar al paciente: Este aspecto va directamente ligado al de saber comunicarse, motivar al paciente en el cuidado y mantenimiento de su salud bucal, es prioritario para que esta sea óptima, la responsabilidad del odontólogo abarca hasta un punto y depende del paciente, llevar una higiene oral preventiva. Para que esto pueda llevarse a cabo, el profesional debe educar y animar al paciente de una forma que entienda el cómo y por qué de cada indicación dada por el odontólogo. De esta manera, el paciente confiará en el profesional, no que hará que los procedimientos se hagan de una forma más amena y sin tensiones.
- Vocación de servicio: Un profesional de la odontología debe sentir el deseo de servir a las personas de forma humanista. Brindar una buena atención médica no solo se refleja en los conocimientos teóricos y prácticos sino en el trato al paciente, en la forma en la que trata a sus colegas, a todo el personal que lo acompaña en sus labores diarias, basándose siempre en que la finalidad de su trabajo, es mejorar la vida de las personas que pasan por sus manos.
Hasta este punto, todas las cualidades que se mencionaron, van ligadas a la parte humana, pues esta es tan importante como la académica, podemos tomar como ejemplo de esto a un restaurante. Cuando vamos a un lugar donde la atención al cliente es deficiente, no importa si la comida es excelente, la experiencia es negativa. Pero por el contrario, si hablamos de una comida que está dentro de la media, pero que la atención al cliente es maravillosa, la experiencia siempre será positiva.
Lo mismo pasa con los odontólogos y la atención al paciente. Si un dentista no cuenta con cualidades humanas que le permitan tratar a sus pacientes de forma integral, el paciente no regresará, lo que evidentemente afectará a su carrera profesional. Hay otras cualidades que también van ligadas a lo humano, pero que se complementan con las funciones y responsabilidades propias de un odontólogo, estas son:
- Organización: La organización es fundamental para el dentista, pues no se trata solamente de la organización de los espacios físicos del lugar de trabajo -que son muy importantes- sino que toda la información de los pacientes, bien organizada, hace más sencillo el proceso de plantear el tratamiento a seguir, por ende, todo estará planificado, siguiendo las prioridades y haciendo que el tratamiento se cumpla en los plazos planteados, lo que es beneficioso para el paciente y también para el profesional.
- Precisión manual: La precisión manual se necesita para evitar un maltrato innecesario en el paciente, si se trata al mismo desde la empatía, se intentará en lo posible de evitar generar mayor incomodidad con la forma de trabajar. Además, el odontólogo debe trabajar con suma delicadeza y destreza en lo que se refiere a trabajo en cavidad bucal, estos profesionales deben tener las manos realmente firmes, para que así puedan ejecutar los procedimientos diferentes que puedan producirse según las necesidades de cada paciente. Estos dedos bien adiestrados van a tener una resistencia a nivel muscular que les ayudará a poder desenvolverse en las acciones que puedan extenderse por el plazo de tiempo necesario en la atención del paciente.
- Higiene en el lugar de trabajo: La limpieza y el orden generan confianza en los pacientes, sobretodo si se trata de espacios en los que se realizan procedimientos de tipo sanitario, por ello, el odontólogo debe tener su área de trabajo siempre impecable y esterilizada. Esto no solo hará que el paciente confíe más en su odontólogo, sino que los procedimientos sean realizados con los mayores estándares de limpieza, garantizando la bioseguridad en el centro de salud.
Es evidente que cuando se trata de la odontología, no solo se trata de procedimientos mecánicos, sino de un trabajo que implica un alto compromiso humano y un alto nivel técnico y académico. El mejor odontólogo es el que puede unificar todas esas cualidades humanas y todo su conocimiento, en la búsqueda de atender y proveer al paciente su mejor versión, tanto humana como profesional, al hacerlo, está promoviendo la salud bucal, la higiene dental y el cuidado personal, pues todas están directamente conectadas.
La cara humana de la odontología, viene de la mano del profesional que la ejerce y es él en encargado de transmitirle a todos sus pacientes, los beneficios de participar activamente en el cuidado y mantenimiento de su salud bucal, si lo hace bien y se gana la confianza de sus pacientes, está impulsando la salud integral del individuo, siempre desde el compromiso de trabajar en el bienestar de todos aquellos a los que atienden a lo largo de su carrera, por lo que en efecto, la odontología es mucho más que procedimientos, sino que está completamente ligado a la humanidad y cuidado del ser humano.