Solemos decir que la ciudad es una jungla de asfalto y hormigón. Un hábitat artificial creado por el hombre. En realidad, no hay nada en la construcción con voluntad de permanencia y de resistir a los elementos que no se fabrique con hormigón. Conozcamos un poco más de este material y de sus usos.
El hormigón es un material compuesto empleado en la construcción formado por un aglomerante (cemento) y un árido (arena o grava), reforzado en ocasiones por una estructura metálica para darle consistencia.
Aunque las argamasas las lleva utilizando el hombre desde el origen de la civilización para construir viviendas, el hormigón sustituye a partir de la revolución industrial a otros materiales duraderos como la piedra y la madera.
El hombre se da cuenta de que este producto soporta una gran cantidad de peso, es resistente al fuego y a la corrosión del agua. Cuesta mucho menos de obtener que la tala de árboles para fabricar vigas y planchas de madera o los bloques de piedra extraídos de las canteras.
Las materias primas para fabricarlo: grava, arena se presentan en cantidades inabarcables en cualquier rincón del planeta. No necesita importarla de otras zonas, lo cual facilita mucho su producción.
El desarrollo de la tecnología ha dado lugar a productos de mayor calidad y fortaleza, como el hormigón armado y a la producción de piezas prefabricadas que aceleran los procesos de construcción.
Al hormigón se le puede dar la forma que se desee y requiere menos mantenimiento que otros materiales como la madera.
Breve historia del hormigón.
En la antigua Roma se mezclaba cal con tierra volcánica y cenizas procedentes del Vesubio. Para aligerarlo se agregaban trozos de cerámica y materiales livianos como la piedra pómez, con ello se obtenía una argamasa ligera y duradera conocida como hormigón puzolano. Con este material, los romanos construyeron tuberías y elementos portuarios que perduran hasta nuestros días.
Como indica el catedrático Victor Yepes, profesor en la Facultad de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), esta técnica de construcción se utilizó en el Coliseo de Roma, en el Panteón y en el puente romano de Alcántara, en la provincia de Cáceres.
Al otro lado del océano, los incas y mayas utilizaban materiales cementales en la construcción de ciudades y estructuras, como se puede apreciar en las ruinas de Machu Pichu.
Esta técnica cae en desuso durante la edad media, donde la piedra pasa a ser el material predominante en la construcción. Hay que esperar al siglo XVIII, cuando el ingeniero inglés John Smeaton, a base de tenacidad, idea un mortero de cal calcinada para crear una pieza monolítica con la que restaurar el faro de Eddyston, en la costa de Cornish, en el extremo sur de Inglaterra. Un faro decisivo, que marcaba a los barcos el comienzo de la isla y que se encontraba en ruinas por el incesante impacto de las olas. Aquella reparación, aún sigue en pie.
En 1824, el constructor John Aspdin patenta un tipo de cemento obtenido de caliza arcillosa y carbón calcinado a altas temperaturas al que se le llama “cemento Portland”. Debe su nombre a que el color que presenta una vez seco, un gris verdoso, recuerda a la piedra obtenida de las canteras de esa zona de Inglaterra.
Este invento es decisivo en el desarrollo de los materiales de construcción. Veinte años más tarde, el también británico Isaac Johnson consigue fabricarlo de forma industrial, mediante la utilización de hornos giratorios.
A mediados del siglo XIX, en el Reino Unido se combina el hormigón con armaduras de hierro, en la construcción de viviendas, fábricas y almacenes, para aumentar su resistencia al fuego. En 1892, el arquitecto e ingeniero francés François Hennebique perfecciona y patenta esta técnica para construir una fábrica textil en la ciudad de Lille, al norte de Francia. En ese momento surge el hormigón armado, determinante para el desarrollo de la construcción a principios del siglo XX.
Este invento posibilita, por ejemplo, la construcción de los primeros rascacielos en Nueva York.
Desde entonces, el desarrollo de la tecnología en la fabricación de hormigón no ha parado de evolucionar. Eiros, una empresa gallega fabricante y distribuidora de hormigón con más de 50 años de experiencia, nos comenta que en la actualidad es frecuente el uso de elementos prefabricados en este material.
Bloques, paneles, saneamientos, mobiliario urbano, etc. suelen venir construidos de fábrica para que los constructores los integren en sus obras.
Mobiliario urbano.
La presencia del hormigón en la configuración del ambiente urbano es notable. Lo podemos encontrar en una gran cantidad de elementos que conforman nuestras ciudades. Estos son algunos ejemplos:
- Tuberías y alcantarillado. Es uno de los usos más importantes del hormigón en nuestras ciudades. La canalización de aguas residuales está realizada con este material, por medio de tuberías prefabricadas que los ayuntamientos colocan en el subsuelo. El hormigón ha demostrado una gran resistencia a la humedad y a la erosión del agua, soportando las crecidas de caudal ante las lluvias intensas, sin ceder a la presión que ejerce el aumento de volumen.
- Pavimentado. Los adoquines de las aceras son ladrillos de hormigón. Gracias a ellos se puede separar un espacio para que deambulen los peatones de la zona designada al tráfico de vehículos. Su rápida fabricación y su bajo coste permite urbanizar rápidamente una zona de nueva construcción. También lo encontramos en el pavimento de algunas calzadas a las que se le quiere dar un ambiente rústico o distinguido. Donde antes se utilizaban cantos rodados o losas de piedra, hoy se utilizan bloques de hormigón.
- Paseos y jardines. Quizás uno de los elementos más característicos sean los bancos de hormigón para que la gente se pueda sentar en una avenida, en un parque o en un paseo. El hormigón ha demostrado ser más resistente a los efectos de la contaminación en la ciudad que otros materiales. No requiere el mantenimiento de los bancos de madera, que es necesario pintar de vez en cuanto, y son más duraderos que los antiguos bancos de piedra. Además, el hormigón se emplea para delimitar arriates de jardinería en los que plantar árboles y plantas o en la construcción de escalinatas.
- Farolas y postes. Los postes del tendido eléctrico están fabricados en hormigón como una sola pieza. También son de hormigón los soportes de las farolas de autopistas y autovías. Utilizándose en el alumbrado público de determinadas zonas de la ciudad a las que se le quiere dar un aire más funcional o moderno. Las antiguas farolas metálicas terminaban oxidándose y requerían un mantenimiento que no necesita este material. El hormigón lo encontramos también en los quitamiedos de las carreteras y otros elementos viales.
Empleo en la construcción.
El blog Arquitectura Pura indica que la prefabricación de piezas y bloques ha aumentado la utilización de este material en la construcción. Su fabricación es rápida y su montaje relativamente sencillo. Lo que le permite cubrir la demanda del ritmo de construcciones que se da en la actualidad.
Este material es económico y presenta una vida larga con poco mantenimiento. Lo que supone un incremento en la calidad de los materiales de construcción a un coste reducido.
No es combustible, es inocuo al fuego y antes de que endurezca, es una sustancia flexible que se puede moldearse con facilidad.
Otra de sus ventajas es su nivel de compactación, lo que permite obtener variedades que soportan toneladas de peso. Con él se fabrican vigas maestras, muros de carga, muros de contención y se realizan cimentaciones masivas.
Para hacernos una idea de su fortaleza podemos verlo en cómo se utiliza en la construcción de puentes y carreteras. Los travesaños, nervios y arcos que sujetan los puentes actuales están fabricados con alguna variedad de hormigón. Cuando se construye un “scalectric” en una ciudad para distribuir el tráfico o en las vías de acceso y salida de una autovía, se realizan con este material.
Esto hace que en la construcción civil sea muy apreciado. Los paneles prefabricados de hormigón se emplean bastante en la configuración de las fachadas de los edificios. Permiten cubrir una fachada en poco tiempo y con menos esfuerzo, sabiendo que el resultado será duradero.
También se utilizan para construir pórticos y elementos decorativos prefabricados como bovedillas, columnas o casetones. Los paneles prefabricados se están empleando bastante en el cerramiento de naves y fincas. En poco tiempo se pueden colocar vayas de hormigón que cierren y protejan una propiedad.
En la actualidad se producen más de 2500 millones de toneladas de cemento al año en todo el mundo. Calculando una media de 300 kg de cemento por cada metro cúbico de hormigón, esto nos da una idea de que se fabrican unos 10.000 millones de metros cúbicos de hormigón al año. Ningún material de construcción ha sido utilizado en tales cantidades hasta la fecha. Descubrir otro producto, con iguales o mejores prestaciones, y que pueda cubrir ese nivel de producción resulta una tarea bastante complicada.
La importancia del hormigón en nuestras ciudades, nuestras viviendas y nuestra vida es realmente relevante.