Rehabilitar edificios esta de actualidad. La razón por la que encontramos de forma continua edificios cubiertos de lona es que están siendo sometidos a cierto tipo de mejoras. Este auge por la rehabilitación de edificios completos, es debido a la transición energética por la que estamos pasando a nivel global. La aceleración de los procesos actuales que hasta hace unos años estaban poco desarrollados, vienen establecidos por la Unión Europea, en consonancia con el denominado, Pacto Verde Europeo. En este documento, se establecen una serie de directrices que todo parque de edificios debe cumplir para considerarse eficiente. Aquí es donde entran en juego los planes de rehabilitación energética de edificios que deben ser acometidos en los edificios de vieja construcción e implementados en los de obra nueva.
La pretensión de su ejecución es alcanzar la neutralidad en la huella de carbono promovida por la Unión Europea para el año dos mil cincuenta. Algo que interfiere directamente en la nueva forma de construir viviendas. Esto viene a decir que, las nuevas viviendas e industrias deberán estar dotadas de los equipos más eficientes disponibles.
Básicamente, la rehabilitación energética, consiste en un proceso de análisis y reconstrucción cuyo objetivo principal es la reducción de emisiones nocivas y formar parte del proceso de transición energética en el que nos hallamos inmersos.
Sin embargo la verdadera meta, consiste en logar lo que la Unión Europea, denomina edificios de cero emisiones. Para que nos entendamos, en la práctica, se definen como tal a las construcciones cuyo rendimiento energético es elevado debido a que utilizan energía procedente de fuentes de energía renovables. Además de, como señalan los profesionales de la inspección de edificios de ITE Edificios, pasar por usar la menor cantidad de electricidad posible. De tal manera que, si unimos el precepto con el origen, obtenemos la elevada rentabilidad y eficiencia energética pretendida.
Más que una obligación, una necesidad
Actualmente no se considera una obligación, aun no. Los objetivos del Pacto Verde Europeo son claros al respecto: de cara al año dos mil cincuenta, la huella de carbono debe ser neutra en este sentido. Para logra este objetivo, los hábitos de consumo y las mismas instalaciones de los edificios e inmuebles, deben adaptarse a los nuevos tiempos y a la eficiencia energética. Factores que nos indican que, si bien, hoy no es obligatoria la rehabilitación, acabará siendo, aludiendo a la necesidad de frenar el cambio climático y cambiar la conciencia sobre el consumo. Todo con la finalidad de convertir la sociedad en una sociedad verde: más limpia y eficiente. Obviamente, se presupone que, en beneficio del planeta y en consecuencia de nosotros mismos, o viceversa, pues en este caso no queda muy claro si el orden de los factores, puede alterar el resultado.
En nuestro país, el objetivo para el año dos mil treinta es conseguir alcanzar una cifra que ronde el treinta por ciento, que ese treinta por ciento de los edificios, disponga de las características necesarias para cumplir con el plan de rehabilitación energética planteado. La cifra en cuestión, es un diez por cien inferior a lo fijado por la Unión Europea, cuyos planes son más ambiciosos.
No obstante, la situación puede considerarse preocupante, pues tan solo el dieciséis por ciento de los edificios españoles, disponen de una etiqueta energética por debajo de las letras E, F y G. Para mayor preocupación, resulta que, los inmuebles que disponen de la etiqueta A, de eficiencia energética, apenas suman un cero coma treinta del total. Se trata, como resulta evidente, de datos muy preocupantes que hacen ver lo imprescindible que resulta contar con un plan estatal para la rehabilitación energética de los edificios.
Nuestro país es un claro ejemplo de la poca o nula cultura energética que tenemos. El conjunto de edificaciones existente, fue construido es su mayoría, durante los años cincuenta y ochenta. Tiempos en los que el concepto de cambio climático y eficiencia energética no existían a nivel general, tratándose de un asunto que atendían unos pocos. La llegada de la llegada de la transición ecológica y la rehabilitación energética esta de actualidad, todos sabemos más o menos en que consiste y el foco se ha puesto en todos los edificios construidos en aquellos años.
Dentro de los objetivos que pretende alcanzar el plan de rehabilitación energética, encontramos dos:
- Edificios de nueva construcción: el plan establece que, para el año dos mil treinta, todas las nuevas construcciones, sean de cero emisiones.
- Edificios existentes: se estima que para el año dos mil cincuenta, todos los edificios ya construido y que requieren de una rehabilitación energética, se encuentren equipados con tecnología verde.
Se desprende de todo esto, el hecho plausible de la no obligatoriedad que, por ser considerada una actuación necesaria, terminará por ser de obligado cumplimiento. En cualquier caso, podemos considerar esta transición a la eficiencia energética como algo favorable para todos y que a todos, beneficia. Las viviendas sostenibles son más confortables, eficientes y a la larga, suponen un ahorro económico y energético con todo lo que ello, conlleva.
Fases que componen una rehabilitación energética
Llevar a cabo el proceso de rehabilitación energética de un edificio, conlleva la sucesión de una serie de fases que hay que seguir, aunque en ningún modo, existe la obligación de pasar por todas ellas. Si bien es cierto que, cuantas más se cumplan, mayor eficiencia obtendrá el edificio y con ello, mayor certificación energética.
Las fases a tener en cuenta son las siguientes:
- Reducir la demanda, ahorrando el máximo de energía posible. Por eso es importante que el inmueble se encuentre bien aislado, orientado y protegido de la radiación solar y posibles infiltraciones de agua o aire.
- Reducir el consumo, ya que, lo que se persigue es mejorar el rendimiento de las instalaciones y equipos. Para ello, es necesarios sustituir las calderas, los sistemas de aire acondicionado, etc. por equipos de mayor eficiencia.
- Implantar energías renovables una vez que se hayan determinado los problemas de consumo, la mejor solución es instalar equipos de energías renovables como la solar o la fotovoltaica.
- Gestión energética eficiente. Este último paso, se realiza mediante la monitorización y la gestión de la energía, para lo que es importante contar con auditorias que controlen los consumos o establecer normativas de carácter internacional como el ISO 50001.
Para llevar a cabo esta transición energética a cargo de la rehabilitación de los edificios, se pueden y deben llevar a cabo las siguientes medidas que, lograrán que cualquier tipo de inmueble, sea vivienda o negocio, se convierta en los más eficiente posible.
Una de las medidas mas factibles y buenas, es comprobar las bombillas de los edificios y su consumo. Lo mejor es sustituir todo el alumbrado por sistemas de luces LED por ser las más eficientes.
Actualizar todo lo referente a la climatización es muy importante. Cambiar los equipos de menor eficiencia energética por equipos con alta certificación como la aerotermia es fundamental. Así como llevar un control de los consumos, adaptando las temperaturas a cada época del año.
Del mismo modo que la climatización se produce de forma eficiente, el agua caliente sanitaria, puede obtenerse por el mismo sistema. Equipos eficientes de aerotermia o energía termosolar, permite disponer de agua caliente de forma más eficiente.
Por supuesto, no puede faltar un buen aislamiento de fachadas, ventanas, puertas y techos. Los inmuebles herméticos son los más sostenibles por que evitan la perdida de calor y la entrada de frio y, por tanto, se reduce el consumo de energía para refrigerar o caldear las estancias. Una orientación correcta, paredes y ventanas aisladas del viento, los rayos solares o la lluvia, son factores clave para conseguirlo.
En conclusión, este tema se ha convertido en uno de los puntos candentes del momento. El alcance de la transición energética, unido a las graves consecuencias del cambio climático, están haciendo que muchas de las construcciones, requieran de forma inminente, una readaptación a los tiempos actuales. Esto no es algo que digan los rehabilitadores ni encargados de llevar a cabo las inspecciones técnicas. Se trata de la voz de la Unión Europea y sus objetivos para el año dos mil cincuenta. Fecha que parece todavía muy lejana pero que sin duda, llegará antes de lo que creemos.
En cuanto a las medidas necesarias para llevar a cabo una buena rehabilitación energética de los edificios, existe un proceso de cuatro fases que, como ya hemos comentado son: la reducción de la demanda energética, una disminución de consumo, implantar energías renovables y llevar a cabo una óptima gestión energética que convertirá los inmuebles en uno de emisión cero.
Quedan aún algunos años para que haya que cumplir con los objetivos propuestos por la Unión Europea. Sin embargo, es fundamental empezar ahora a llevar a cabo esos cambios que pide la transición energética. La eficiencia de los edificios es un factor clave en esta cuestión, empezando por los edificios gubernamentales que, deben ser ejemplo del aclamado cambio, aunque su transición energética, la paguemos todos.
Pensar en el bien común y en como atajar el cambio climático, es un asunto de todos, porque nos afecta a todos por igual y en este sentido, el beneficio personal reside en la disminución de los costes y consumos.